19 de marzo de 2011

Te perdí, como te perdí, eras todo lo más grande y te perdí. Lo más bueno y lo más lindo.
Así te fuiste sin un adiós y ahora comprendo qué sola estoy. 


Me duermo pensando en las veces que le fallé al corazón, comprendiendo que ni siquiera el corazón me quiere, que no me guía y que ya no quiere ser mi amigo. En las veces que me falle a mi misma y en las que me voy a seguir fallando, porque como todos dicen nadie es perfecto pero yo ni siquiera soy. Traté de ser optimista, de no tenerle miedo al destino y aceptar lo que el mismo me depare, tiré y tiré de la soga y hoy se cortó, hoy me quedé sin lo que más quería aunque no lo parezca, era lo que más quería. 
Ya no está y me doy cuenta de la falta que me hace, de lo sola que me siento. 
Me levanto con la esperanza de tener una señal que me diga que la tormenta pasó y el sol esta a punto de brillar más que nunca, si después de todas las tormentas sale el sol ¿dónde está mi sol? 
Soporté todo, le di una sonrisa, pero hoy esa risa que con esfuerzo apenas podía dar, concluyó. 


¿Qué voy a hacer ahora? ¿Pintarme la cara color esperanza?



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